La Pareja. Hábitos tóxicos
“La pareja son dos seres maravillosos que se hacen la vida imposible” (Dr. Vicente Méndez)
Con frecuencia, la pareja, a lo largo de su relación, adquiere una serie de hábitos que no benefician en nada a la relación. ¿Quieres saber cuáles son?
Hábitos que no benefician en nada a la relación
Poca o inadecuada comunicación
Las prisas, el trabajo, los hijos, la cotidianeidad acelerada en que vivimos inmersos hace que la pareja descuide su propia relación de tal manera que, con el devenir del tiempo, se convierten en dos auténticos desconocidos. Cuando se quedan a solas el silencio, entre ambos, resulta incómodo. No saben qué decirse. Ello implica una serie de consecuencias negativas. Y así, la relación se deviene cargante, incómoda e, incluso, se sienten mejor solos o en compañía de terceras personas.
Abandonarse
El amor en la pareja requiere de una atención constante, un trabajo diario, así que quien se acomode y descuide ese cuidado pensando que ya “está todo hecho” empieza a tirar por la borda todo lo ganado en la relación. Como dice uno de “Los Cuatro Acuerdos”: nunca des nada por supuesto. El abandono puede barajar dese el descuido físico hasta la pérdida de las atenciones y detalles mutuos. En este punto las consecuencias son la desmotivación y el desinterés de tal modo que por contagio emocional se acaba contagiando el uno a la otro.
Darlo todo por la relación
Hay personas que cuando se enamoran y se embarcan en una relación de pareja parece que el mundo desaparece y todo gira entorno a esa nueva persona. Aunque esta afirmación parezca paradójica no lo es ya que depositamos nuestra felicidad en el otro generando una responsabilidad difícil de sostener para cualquiera.
Relaciones muy distintas
Es la otra cara de la moneda. Parejas en las que cada uno hace su vida y va cada uno por su lado. Esta distancia que, en ocasiones, es hasta sana si se prolonga puede ser insalvable. Ello alimenta un progresivo y mutuo desconocimiento que aleja a cada uno de sus miembros.
Dependencia excesiva
Es inevitable que exista una mínima dependencia pero, depender en exceso, estar pegado al otro como una lapa genera un desgaste del vínculo por agotador. Aquí el desgaste está en hacer depender nuestro bienestar, nuestra felicidad del otro.
Intentar cambiarle
Se debe amar al otro por lo que es, no por las expectativas que pongamos en la persona amada. La personalidad de cada uno acaba saliendo y si no coincide con el ideal que de él o ella nos hemos formado nos desilusionamos y parece que el mundo cae sobre nosotros. Querer cambiar al otro genera un estrés poco sostenible en el tiempo.
Los celos
Los celos son demoledores. En una pareja donde se dan los celos, las conversaciones se convierten en discusiones, se da un control sobre el otro espiando su intimidad con constantes preguntas y comprobaciones. Se genera un ambiente de desconfianza que hace la convivencia imposible.