Drogas I: "Buscando la paz"
"Necesitamos consciencia para disfrutar de la vida. Es preferible tener un solo sueño lúcido que miles de ellos borrosos"
BUSCANDO LA PAZ
Desde que el hombre es hombre, ha recurrido a diferentes substancias con el propósito de encontrar alivio a sus dolencias y padecimientos físicos y espirituales.
Personalmente, cuando hablo de drogas, voy a referirme a aquellas substancias que el individuo busca, sobre todo, para "aliviar los dolores del alma".
Hay varios tipos de substancias y, cada una de ellas, se busca para aliviar un tipo de sufrimiento u otro. En este apartado: "buscando la paz" incluiríamos los opioides en general: opio, morfina, codeína, heroína y tranquilizantes (benzodiacepinas). El alcohol, todo y que es una droga depresora, merece un tratamiento a parte.
Las principales drogas conocidas para aquellos que: "quiero desconectar del mundo"; "busco la paz" ... son aquellas que cabrían en la clasificación genérica de narcóticos -vocablo griego que significa capaz de adormecer o sedar- así pues una forma de desconectar de aquello que nos desasosiega es permanecer adormecido. Actualmente, la mala utilización del término narcótico ha hecho que dentro del mismo se incluyan substancias muy diversas que no guardan relación alguna con el vocablo tal y como lo concebían los griegos.
Pero es innegable que, todas aquellas drogas que apaciguan, son extraordinariamente adictivas. Toda substancia adictiva se caracteriza por que, al ser administrada en dosis suficientes durante un período de tiempo más o menos largo, inducen un cambio metabólico y una neuroadaptación que cuando dejan de consumirse desencadenan una serie de reacciones denominadas síndrome de abstinencia. Obviamente cada una de estas drogas, para crear una adicción, requerirá una determinada dosis y por un determinado tiempo para generar una dependencia y que el síndrome de abstinencia en cada individuo, también será diferente, teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad de la persona a esa substancia en concreto.
Todas aquellas drogas que apaciguan, son extraordinariamente adictivas.
En la adicción, al aumentar la tolerancia a la substancia también aumenta, proporcionalmente, la dependencia a la misma, de tal modo que cada vez se necesitan dosis más elevadas para obtener los mismos beneficios que al inicio del consumo. Esto no se consigue nunca.
Así pues, vemos que el precio de la paz es muy caro. Para muchos, solo una vida carente de sentido y generadora de un sufrimiento atroz, puede llegar a explicar la adicción a cualquier droga legal o no.